CIborg


Ver fotos del taller en flickr: http://www.flickr.com/photos/tallerpostporno/

Invitación: Taller Cyborg, sábado 5 de junio 2010

Volvemos para esta nueva sesión del taller de Post-pornografía CUDS_SubPorno, en el marco del Segundo Circuito Disidencia Sexual “Por un Feminismo sin Mujeres”.

En esta oportunidad los invitamos a explorar una nueva forma de relacionarse con el cuerpo, desde un laboratorio post-genérico en donde la ciencia, la tecnología y la ficción nos permitirán experimentar nuestro cuerpos como organismos alterados, híbridos, teorizados, trans. Ven a jugar con las fronteras entre realidad y ciencia ficción!

*Equipo CUDS_SubPorno*

El desarrollo del taller incluye:

- Una charla teórica, sobre la post-pornografía y Cyborg, con proyección de material pospornográfico de fondo.

- Juegos teatrales, para desarrollar la corporalidad en ambiente colectivo y buena onda!

- Disfraces, ensayos y juegos burlesque, manteniendo el espíritu sugerente de experimentación.

- Realización de vídeos post-porno en los cuales cada uno podrá dirigir, actuar, grabar, proponer, divertirse, excitarse, reírse, buscar los límites etc. Respetando los límites, deseos y bienestar de cada unx.

¿Cyborg? Acá va la descripción teórica del tema de la sesión:

Las relaciones humanas han ido evolucionando, llegando a desgenerizarse y quedar ocultas tras el velo de la identidad virtual. El AVATAR es la nueva configuración de identidad por medio de la cual los sujetos se ocultan, elaborando seudo-identidades fragmentadas, parciales y estratégicas. El sujeto bajo la nueva identidad de un software, capaz de elimina de su sistema concepciones de raza,
género, sexualidad, clase... Se desnaturaliza el cuerpo, desarrollando una nueva forma de experimentar la sexualidad con intervenciones tecnológicas, otorgando la oportunidad de modificarlo a gusto, añadir o quitar aspectos por motivos estéticos o en búsqueda de una mejor performance sexual; un cuerpo a medida, un cuerpo artificial, trans. Las definiciones se desconfiguran y las nuevas articulaciones se adaptan, el CYBORG.

Aquí un link al Manifiesto CYBORG de Donna Haraway

CLAVE: VAMOSAJUGAR


Promo Taller Cyborg CUDS_SubPorno from SubPorno on Vimeo.


"Yo carreteé en el año 3000 ( o Crónica de un taller CUDS_Subporno)"












En un lugar de Santiago , de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que asistí a un taller CUDS_SubPorno. Finalizaba la primera semana del 2ºCircuito de Disidencia Sexual de la CUDS y se anunciaba, entre nombres de destacadxs teóricxs y títulos rimbombante de mesas de exposición, el tercer taller :"Cyborgs: La artificialidad de lo sexual". Debo reconocer dos cosas. Uno, no he leído el Manifiesto Cyborg de la Donna Haraway. Dos, le tengo serias desconfianzas a la tecnología. De haber vivido en el siglo XIX hubiera sido ludista y si hoy tuviera una banda le pondría Rabia contra la Máquina, aunque seguramente a alguien más ya se le ocurrió. Pero bueno, soy "abierta de mente", como diría un retrógrado que intenta dárselas de progresista, y mis ganas de conocer de qué se trataba un taller CUDS_ SubPorno eran más grandes.

Llego al metro más cercano, según las reservadas instrucciones, donde me encuentro con una futura participante y otrx pornoterrorista que pronto jugará un rol importante dentro del taller. Por suerte, él conoce dónde queda la posporno-cueva y nos lleva hasta la guarida, donde ya hay alrededor de una decena de personas que se presentan, deambulan y se preguntan mutuamente cómo llegaron hasta allí.

Luego de un cuarto de hora más o menos, los participantes se sientan en círculo en el suelo y comienzan a revelar sus identidades, como para recordar quiénes son y qué hacen, antes que se enfrasquen en su aventura pospornográfica. Alrededor de siete ya habían estado en anteriores talleres y el resto cuenta que vino por curiosidad, porque lo encontró choro, porque quiere trabajar con el cuerpo, etcétera. Son estudiantes de sociología, periodismo, teatro, cine, otrx par evidentemente ha pasado la etapa universitaria y otrxs no mencionan a qué disciplina le dedican sus horas de estudio y no-estudio durante los días de la semana.

El equipo técnico SubPorno se presentan casi como todos los demás, sólo que se encuentran de pie o sentados, rodeados de cables y cámaras, fuera del círculo y vistiendo un profesional negro. También saluda una pareja: ella será la encargada de maquillar, él se encargará algo así como de la escenografía. Ésta la componen un elegante tejido de discos compactos o Cd (una tecnología muy de moda por allá por los noventa del siglo pasado), una cabeza que parece mal venida de una estatua griega, devenida en kitch por su luz fluorescente, luces de Navidad y varias guirnaldas lumínicas que se retuercen por los suelos y paredes.


¿Posporno? ¿Cyborg*? ¿De qué se trata esto que nos ha convocado a todxs un sábado por la tarde? Dos miembrxs del colectivo se encargan de explicarnos. Cuentan cómo nace y se desarrolla la Pospornografía y luego de qué hablamos cuando hablamos de cyborg. Para comenzar, nos recuerdan que todxs hemos intervenidos nuestro cuerpos con la tecnología.

De pronto, dejo de pensar en niños tercermundistas que tienen necesidades más importantes que tener un Iphone o Wi fii y se me viene un flash back de la noche anterior. En otro lugar de cuyo nombre no me acuerdo, subvertí mi cuerpo meando de pie. Los baños estaban cerrados, varias latas de cerveza habían invadido mi cuerpo biomujeril y un conito Donna Haraway llegó mágicamente a mis manos. Explicar lo que se sintió merece una crónica aparte, pero sólo puedo decir que fue maravilloso. Inténtenlo en casa.

El recuerdo del dichoso conito, el celular, el computador con el que escribo esta crónica, dos tatuajes, y, en especial, mi dependencia al reproductor de MP3 (dependencia es poco, mp3filia quizás sea lo correcto) me hicieron recordar la intervenciones tecnológicas en mi cuerpo. Un punto para los cyborgs, cero para mi anarcoprimitivismo barato.

El momento de hacernos el amor a nosotros mismos


Dejamos atrás la charla teórica y la conversación (no sin antes escoger una parte del cuepo ,que deberá ser intervenida, extraída de dos seres humanxs dibujados en papel craft ) y somos invitados a pasar a la sala contigua, un lugar mucho más iluminado, rodeado de cuadros, mochilas y en un rincón, una mesa con computador y parlantes. El grupo ya ha crecido bastante con el resto de lxs participantes que fue llegando por goteo mientras transcurría la charla. En este momento una bio-mujer y un bio- hombre (el pornoterrorista del metro) se presentan y anuncian que esta parte será la encargada de hacer que los cuerpos se suelten y se tome consciencia de éstos. Sigur Rós y Gotan Project son algunos de los encargados de musicalizar los ejercicios de relajación. El punto también es entrar en confianza. Y "hacerse el amor a nosotros mismos", se solicita, lo que equivale a tocarse y recorrer el propio cuerpo. No se trata de una masturbación colectiva, sino algo mucho más erótico y pachamámico.

"Soy Marcela, soy Marcerla, soy Marcela", va repitiendo continuamente alguien que dice llamarse Marcela, por dar un nombre. Repentinamente se encuentra con, por ejemplo, un Cristián o una Javiera y automáticamente la Marcela pasa a llamarse Cristián o Javiera y éstos últimos adquieren la identidad de Marcela. Decenas de "soy...", enunciados al mismo tiempo y que se modifican constantemente, constituyen una frenética melodía que ni la más experimental de las bandas puede lograr alguna vez. Hacerse el amor a sí mismos, bailar, cambiar de identidad y hasta una versión del baile del koala son parte de estos ejercicios de relajación y teatrales. Éstos, a pesar de la fría tarde, logran que casi todxs terminen acaloradxs y en polera.

Mientras, en la sala que dejamos atrás se desarrolla un mundo paralelo donde reina la oscuridad y los artefactos tecnológicos. Aquí el equipo técnico se mantiene ajeno, arreglando los últimos detalles y conexiones, siendo más cyborg, por el momento, que quienes protagonizarán la filmación. Éstos últimos, en cambio, bailan descalzos, se tocan, se imitan y no establecen ninguna conversación coherente, como sujetos de una época lejana donde las relaciones no estaban mediatizadas. Un actuar algo primitivo que contrasta con el ambiente de la otra sala, donde parece acontecer el otro extremo histórico con tanto cable, máquina y artificialidad. Pero pronto, los papeles serán intercambiados.

Luz, cámara, cyborg


Una vez finalizado el precalentamiento, volvemos a la calefaccionada sala anterior y la ropa comienza a volar, junto con las viejas identidades. Algunxs se ven más decididos que otrxs y se apropian con determinación de los accesorios de su gusto y se entregan entusiasmados a la maquilladora. El resto lentamente explora, busca entre los cachureos y se saca primero una prenda, luego de unos minutos otra, y otra y otra. Abunda el papel aluminio, el plástico, los spray y un montón de cosas que parecen haber caído directamente del basural de chatarra espacial que flota alrededor de la Tierra

En las bio-mujeres la tendencia es la teta al aire. En el caso de los bio-hombres, rápidamente se rinden ante las maravillas de ese maquillaje que les está vedada por la sociedad capitalista, patriarcal, heteronomativa, posfordista, neolibreal y todos ésos apellidos que nos gusta agregar cuando sólo queremos decir "sociedad de mierda".

Una vez que todxs han adquirido su nueva identidad cyborg, empieza la fiesta. La música escogida para este carrete futurista es perfecta, a tal nivel que se podría decir "estas canciones parecen del año 3000". Y precisamente en esa fecha se ha pedido que imaginemos que nos encontramos. No obstante, es una injusticia hablar de imaginación. En realidad, se trata de un sentir, un devenir. Sí, hoy estamos en el año 3000.


En esta fiesta del siglo XXXI, el equipo técnico se ha convertido en una extraño colectivo primitivo que utiliza unas arcaicas formas de registro ( "handycam" les llamaban, según los últimos hallazgos arqueológicos). Pese a lo ancestrales de sus costumbres, destaca una eficiente organización y una clara distribución de roles.

Luego del bailoteo, llega la hora de constituir el cyborg colectivo. Todxs buscan conectarse, insertarse, enlazarse, ensamblarse como puedan a sus compañerxs. Unx a unx fueron llegando y ocupando un puesto según su compatibilidad cyborg. Lo que ocurrió en los siguientes minutos, horas, días, semanas, meses, años, lustros, décadas y siglos, sí debería quedar en el ámbito de la imaginación para los lectores. No hay palabras para describirlo, no en el año 2010, quizás sí en unos cuantos siglos más. Pero haré el intento: todxs parecen estar en trance, conectados consigo mismxs así como con sus vecinxs y emiten sonidos de máquinas, onomatopeyas tecnológicas. "Estamos cerca de lograr sexo real", me comenta en su dialecto un integrante de la tribu encargada del registro. El trance policyborg parece extenderse por largos minutos y horas. No obstante, a la vez que da la sensación de estar a punto de terminar, también se siente que podría durar para siempre.

Observo a un par de cyborgs que fueron abortados por el cyborg colectivo, o mejor dicho, ellos decidieron abortarse. Coincidentemente, son los que conservaron más ropa del grupo y ahora miran deslumbrados el todo del que alguna vez fueron una de sus partes. Ellos constituyen el mejor ejemplo de que en el taller cada unx fija sus propios límites, muestra y hace lo que quiera mostrar y hacer. También pienso en el hombreaspiradora que feliz y extasiado, baila y se desplaza solitariamente, pero simultáneamente conectado con el grupo.

Entonces, decido partir. Fue como un coitus interruptus. No quería irme, pero tampoco quería que terminara ni deseaba que las luces se prendieran, los maquillados se desmaquillaran y los cyborgs se desmantelaran. Escapo antes de que el año 2010 me pille en una escenografía con una veintena de seres humanxs con chatarra adherida al cuerpo. Prefiero salir con la idea de que la fiesta continúa sin mí y que el año 3000 sigue transcurriendo entre las murallas de ese lugar. Uno donde hacer un circuito que se titule "por un feminismo sin mujeres" sería inaudito, porque la misma palabra "mujer" se encontraría obsoleta o formaría parte de alguna lengua muerta.

En el año 3000 ( a lo mejor también en un pasado pre-civilización) "mujer" y "hombre" serían vocablos de un idioma muerto y olvidado, por culpa de su excesiva violencia que nombraba y clasificaba todo. Un binarismo que pasaba a llevar todo eso que se encontraba entre hombre y mujer, blanco y negro, primitivo y civilizado, y un largo etcétera de conceptos que los mismos participantes del taller pudieron representar en una misma tarde, en un mismo cuerpo.


*La versión españolizada de cyborg - ciborg- se encuentra aceptada por la Real Academia Española, pero acordemos mantener el término en inglés porque se va más bonito y en venganza por las rancias definiciones de hombre y mujer de la sacrosanta institución ezpañola.

Aurora Tristán Ayelante para la página Disidencia Sexual de la CUDS